lunes, 28 de enero de 2013

Esto no va de amor

Empezaré por el principio y, como la vida familiar -que si la cena, que si los deberes de mi hijo, que si fingir que hablamos mientras fagocitamos series como locos- no me deja mucho tiempo, trataré de ser clara y sintética:

1. Este blog jamás estuvo en mis planes. Como no lo estuvo escribir una novela sobre mi vida. Ni desnudarme en público a través de Twitter. Pero primero vino el libro. Y luego los followers (no los llamo seguidores porque eso les quita mucho encanto). Y ahora, por culpa de esos followers, este blog. Así que, si alguien se siente ofendido o molesto por lo que escriba en él, que les culpe a ellos. Yo me limito a cumplir con mi público que, para una vez que tengo alguno, no pienso desaprovecharlo. 

2. Sí, salgo de una novela. Y no, no soy ficción. Así que si van a estar torturándose pensando en si existo o dejo de existir, mejor cambien de blog. Aquí contaré -e inventaré, igual que hacen ustedes- cuanto vivo y, por supuesto, lo haré desde el anonimato más absoluto, porque no creo que mi entorno más cercano -marido e hijo incluidos- se alegren de conocer mis andanzas sexuales. Aunque, a ratos, dudo de si ello no sería un revulsivo para salir de esta vida tan anodina que llevamos los tres... Sea como sea, comenten y pregunten cuanto les apetezca. Y yo contestaré lo que me plazca.

3. Por si no se han fijado en el título del blog, esto no va de amor. Ni es uno de esos sitios llenos de grandes frases superfilosóficas que te cambian la vida. Este blog es sobre lo que me pasa y sobre los hombres con los que me encuentro. Sobre los tíos que no saben seguirme una conversación mínimamente inteligente en el Badoo -lo de las tildes ya ni lo menciono- o sobre las decepciones que me llevo antes, durante y después de pasar por ciertas camas.

Por eso mi nick, y por eso el título del blog, porque ahora mismo no estoy buscando a nadie que me prometa amor eterno -he tenido casi veinte años de matrimonio basados en esa promesa-, sino hombres que se asuman tan imperfectos como me asumo yo. Hombres que no me idolatren, que no me reinventen, que no prometan nada y que lo que den -sea mucho o poco- lo den con toda la rotundidad posible.

De momento, si conocen a alguien que no se escandalice de que una mujer de mi edad -sí, son 48 y me siento muy joven, ¿algún problema?- busque tan solo sexo. Sexo sin más emoción que la del propio cuerpo, lejos de paranoias sentimentales que, en realidad, no conducen a ninguna parte. Porque puede que tenga que volver a enamorarme -tampoco me cierro a eso, la verdad-, pero si lo hago, no será como lo he hecho hasta ahora.

Hay errores que ni siquiera yo estoy dispuesta a repetir.

11 comentarios:

Maite dijo...

Bienvenida a la blogosfera.

Gaby Draper dijo...

Gracias. A ver qué tal esta experiencia... Espero que lo virtual sea más satisfactorio que gran parte de lo real...

Anónimo dijo...

Ya su primera entrada me deja desconcertad@

Profelga dijo...

Ufff, no sé por qué el discurso de Gaby me resulta muy familiar. Mucho más sin embargo en el caso de los hombres que en el de las mujeres...
¿Qué pasa en torno a los 50 que los hombres y las mujeres tienen (tenemos) miedo de "hacerse" invisibles?
¿Realmente los roles están cambiando?
¿Son las mujeres las que buscan sexo sin compromiso y no al revés como se presuponía hasta ahora?
Interesante. Podría airear unos cuantos casos.
En ascuas estamos con tus vivencias, Gaby.

Anónimo dijo...

La primera impresión es que me va a gustar mucho leerte. Gracias, Siempre he admirado mucho a quien sabe plasmar en letras lo que vive, piensa o imagina. !!Animo y suerte!! Candela.

Gaby Draper dijo...

Gracias, Profelga. Justo es lo que intento contar aquí... Estoy cansada de dar con hombres de mi edad que se asustan cuando pido algo tan simple como sexo sin compromiso, aunque finjan que les parece bien que tomemos la iniciativa.
No sé si los roles han cambiado, lo que sé es que tengo demasiadas experiencias en las que esos roles me pesan en exceso.
Y estoy cansada de sentir que todos -al menos, los que no me gustan- caen sobre nosotras.
Sobre lo de ser invisible, en fin, como dice mi amigo Jorge, "a los 50 te sacan del catálogo". Pero yo me he empeñado en volver a entrar.
Desde mañana os cuento qué tal mis intentos...

Javier López-Gomis dijo...

Bienvenida a la blogosfera. Por el momento, un placer haber descubierto el blog. Te leo con el alma y el cuerpo bien abiertos.
Besos!

Anónimo dijo...

A veces, la mejor manera de vivir experiencias nuevas y excitantes es inventarlas, y mejor aún, escribirlas. Yo, me conformaré con leerlas....

JLSánchez dijo...

Hay veces en las que para vivir una experiencia excitante solamente hay que sentarse a imaginarla; o quizá a leerla, aunque, sin lugar a dudas, es mucho mejor escribirla, sobre todo si previamente se ha vivido. Y si no, el poder de la imaginación, suplirá con creces esa carencia.
Permaneceré atento.

Gaby Draper dijo...

Me siento un poco abrumada... Pero eso es bueno, me motivará a seguir escribiendo y no tirar la toalla. Si alguna vez se me pasan las ganas, o me engulle la vida familiar, el trabajo, o hasta la inseguridad (es mi talón de Aquiles), recordadme que seguís ahí. Eso evitará que me frene... Palabra de bloguera recién autocreada.

Vera Ortega dijo...

Voy a terminar adicta a este blog. Lo veo.